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Lorde lanza Virgin, su disco más introspectivo y personal hasta la fecha

El cuarto álbum de estudio de la artista neozelandesa aborda temas como la identidad, los vínculos familiares y el deseo, con un regreso al sonido synth-pop. Incluye referencias a experiencias personales, imágenes explícitas y un enfoque confesional.

La cantante neozelandesa Lorde presentó su cuarto trabajo discográfico, titulado Virgin, un álbum que, según lo reflejan sus letras y composición, se centra en temas vinculados a la identidad de género, los traumas familiares, las relaciones afectivas y la transformación personal.

A lo largo de casi 40 minutos, la artista —cuyo nombre real es Ella Yelich-O’Connor— retoma una estética sonora más cercana al synth-pop, en contraste con el enfoque folk y despojado de su álbum anterior, Solar Power (2021). La producción de Virgin contiene sintetizadores marcados, líneas de bajo densas y una narrativa lírica más explícita y emocional que en entregas previas.

Entre los temas destacados se encuentra “Hammer”, canción de apertura donde Lorde canta: “Puede que haya vuelto a nacer, estoy lista para sentir que no tengo las respuestas”. La línea sugiere una revisión de la postura expresada en Solar Power, donde había afirmado estar en paz consigo misma.

En el plano temático, el álbum aborda desde la relación madre-hija hasta experiencias vinculadas al cuerpo y la salud mental. En “Favourite Daughter”, por ejemplo, la artista canta sobre la presión de cumplir expectativas familiares: “Ataque de pánico solo por ser tu hija favorita”. En “GRWM”, sigla comúnmente usada en redes como “Get Ready With Me”, Lorde redefine el acrónimo como “grown woman” (“mujer adulta”), y reflexiona sobre su imagen corporal y su crecimiento personal.

Otro momento llamativo del disco es “Clearblue”, titulada como la marca de una prueba de embarazo. En esa canción, Lorde canta sin acompañamiento instrumental: “Hay sangre rota en mí, pasó a madre de su madre, directo a mí”. La letra remite a la idea de trauma intergeneracional, una constante a lo largo del álbum.

En cuanto a lo sonoro, temas como “Broken Glass” combinan letras explícitas con una base pop energética. Allí, la artista hace referencia a un trastorno alimentario, un tópico que no había abordado abiertamente en discos anteriores. Otros títulos como “Man of the Year”, “Shapeshifter” o “David” profundizan en su historial emocional y vincular.

La tapa del álbum presenta una radiografía de la pelvis de Lorde, en la que se incluye la silueta visible de un dispositivo intrauterino (DIU). Según publicaciones especializadas, la elección busca aludir al contenido físico y emocional del disco, en el que la cantante se muestra desde un lugar confesional y explícitamente autobiográfico.

El lanzamiento de Virgin se da tras tres años sin material nuevo. La artista mantiene una estrategia de comunicación intermitente, con largos períodos de silencio entre discos. Antes del lanzamiento, participó en una escucha privada con fans en Brooklyn, Nueva York, en el club Baby’s All Right, donde presentó adelantos del álbum y confirmó que se trata de un trabajo “muy personal”.

Con Virgin, Lorde retoma la sonoridad electrónica que marcó su segundo disco, Melodrama (2017), pero con un tono más sobrio y centrado en su evolución como autora e intérprete. El álbum ya está disponible en plataformas digitales y será presentado en una gira internacional, cuyos detalles aún no fueron anunciados oficialmente.

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